La relación entre editoriales y librerías independientes: una sorpresa entre las novedades
En la librería, las semanas pasan al ritmo de las novedades editoriales. Cada martes o miércoles —según el transportista, pero eso da para otro artículo—, las cajas llegan llenas de títulos nuevos: algunos muy esperados, otros que ni sabíamos que existían. Libros que se suman a una estantería que ya no da más de sí, entre autores debutantes, reediciones, tendencias pasajeras y, de vez en cuando, alguna joya que logramos descubrir a tiempo.
Una editorial que se detuvo a mirar
En medio de este torbellino editorial, esta semana ocurrió algo inesperado: una editorial —que hasta ahora había pasado de largo por nuestro pequeño rincón en Puigcerdà— nos envió un libro.
No para venderlo, ni para colocarlo junto a los superventas del momento.
Nos lo enviaron para leerlo. Sin compromiso, sin factura, sin urgencia.

No recuerdo que ninguna editorial se hubiese tomado antes ese gesto con nosotros. Y no es por falta de ventas ni de interés. Más bien, parece que, en este mundo saturado de novedades, donde cada libro tiene apenas unas semanas para destacar, detenerse a pensar en quién leerá un libro de verdad se ha vuelto raro.
Librerías independientes que leen, recomiendan y descubren
Pero este libro llegó. No con una carta manuscrita, como habría soñado, sino tras una breve llamada telefónica. Como si alguien al otro lado hubiera dicho:
“Tal vez en esa librería de montaña haya alguien que lo disfrute”.
Y aquí estoy, entre cajas por abrir y pedidos por hacer, dedicando unas páginas al libro que llegó como una sorpresa. Me recordó por qué abrimos esta librería: no para despachar productos, sino para leer, recomendar, descubrir… y dejarnos sorprender.
Publicar menos o publicar mejor
Quizás no se trate de publicar menos, sino de publicar mejor.
De confiar más en quienes leemos, vendemos y vivimos los libros desde la trinchera cotidiana de una librería independiente.
Porque cuando una editorial se toma la molestia de mirar hacia una librería pequeña y dice “esto es para ti”, algo cambia.
Al menos en mí, cambió.
Y sí, sigo creyendo que hay demasiadas novedades.
Pero por un instante, entre el ruido, alguien nos escuchó.
